Ven hacia mí oh dulce prisionera
de la hojarasca y sus festivos fuegos,
dame refugio en tu estelar hoguera,
abre la suave tierra de tus juegos.
Ven hacia mí, selvática hechicera,
no me confines a estos pobres ruegos,
guarda en la roja seda de tu estera,
la luz herida de mis ojos ciegos.
Sirve en la dulce copa de tu encaje,
la llama azul de todos tus licores,
vierte en mi sangre tu feroz linaje.
Abre tu boca, tu tizón salvaje,
sé que en tus labios viven los furores
y la infinita sed de tu brebaje
Hugo Celati (2009)
domingo, 22 de noviembre de 2009
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