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jueves, 15 de abril de 2010


Me tuve niño en la sombra
en la conciencia desalojada de Dios.
Allí, el dolor te supo, se
inclinò ante el ìcono de tus ojos
reverenciò frente a
la nada, la lenta
floraciòn de tu nombre
las letras enhuesadas en
la carne dócil en
tu cabello encrespado
aquel paraìso que abismò la caìda del àngel
la sonrisa expulsada
el madero
los clavos
la corona de espinas voraces
el canto que
rezaba letanìas
su eli eli lama sabactani
Vanos los sueños
dispersos
cercados en las callejas del mundo
inhòspita la piel y la herida
que dibujò tu sexo en
la tierra àrida. Incendio en
cifras de aceros glaciales
tùmulo de vidas dispersas
escindida fragua de
tu asonada
Ahora que el tiempo se desvela
líquida melodìa
tu canciòn discurre por los libros
las huellas
los candiles
el susurro a dos gritos
y el cuerpo de mi cuerpo
allì
donde vas a buscarnos
la salvaje
dòcil
dentellada
sudor de cópula
salitre y miel
sabor de aguas pulsando
en los dedos la nota
perdida
el telón descorrido
soledad
de bruces
contra el viento y su ponzoña
cortejos de días que
enviduaron su tristeza
la pequeña alborada
los pájaros
cantando en la ventana
siete y treinta
desnudos
nos dormimos
solo un rato
Porque hay tanta vigilia en el Deseo!
Hugo Celati (2010) (imagen G.Klimt)

2 comentarios:

  1. Celebro, Querido Hugo, la iluminada resurrección cuajada en este poema. En él, la travesía de ese "ahora" espesándose en la impronta del rapto amoroso, inescindible aquí del "estarse en vela" del Deseo. Intensa y vehemente, tu poesía logra "decir el Goce" desde el abismarse de la palabra: Aquello que, por "estallido y resonancia", tensa e inquieta. Gracias por permitirnos este recorrido!

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  2. Gracias Daniela...! ciertamente hay en tu mirar, en tu contemplación un hallazgo revelador...porque el lector nos completa!
    Ese acto inescindible, la resurrección que ilumina...caminos que se abren desde el texto y son leídos para que el poema expanda su vuelo....
    Gracias a Vos , nuevamente....te espero siempre en este recorrido...porque el texto une la sangre inquieta de quienes sabemos también de aquella vigilia del crear!
    Un beso!

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