Cantan los mares en las alboradas
en el rosado ardor de las heridas.
Sones sombríos de silentes hadas,
torpe desdén que se deshoja en vidas.
Y duermen en la cruz de las baladas
notas de sangre ausentes y vencidas.
Nómina cruel, palabras anudadas,
de toscas ilusiones ya perdidas.
Las horas se violentan sin apuro
y en nuestros ojos vela algún guarismo
y el transcurrir es un diamante oscuro
Golpeando estéril como el agua al muro.
Y el despertar, es un fatal abismo.
Y el tiempo es el espejo de un conjuro.
Hugo Celati (2009)
domingo, 27 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es un poema bellísimo....me deja sin palabras.
ResponderEliminarGracias Paula! en "La Rosa Encarnada" los hay también...y muy bellos...
ResponderEliminarUn cordial saludo!